jueves, 2 de junio de 2011

Andropausia

La menopausia en las mujeres ya es una etapa reconocida, aceptada y bastante estudiada. Sin embargo, no sucede lo mismo con la andropausia en los hombres. Lo invitamos a saber más sobre este fenómeno y le entregamos ciertas herramientas para enfrentarlo mejor.
A diferencia de las mujeres, los hombres no tienen signos claros que marquen el inicio de esta etapa. Sin embargo, tanto la menopausia como la andropausia están caracterizadas por una caída en los niveles hormonales. El estrógeno en la mujer y la testosterona en el hombre.

La testosterona es la hormona sexual masculina por excelencia. Producida por los testículos y también por las glándulas suprarrenales, es responsable de la conducta sexual. Ayuda a formar proteínas y también afecta actividades metabólicas como la producción de glóbulos en la médula ósea, la formación ósea, metabolismo de los lípidos, metabolismo de los hidratos de carbono, función hepática y formación de la próstata.



La disminución de testosterona provoca la andropausia, estimulando cambios tanto en el cuerpo del hombre como en el ámbito psicológico. Aún cuando no todos experimentarán los mismos síntomas, las respuestas más comunes son:
  • Menor impulso sexual. 
  • Cambios emocionales, psicológicos y de conducta.
  • Fatiga.
  • Pérdida de energía.
  • Pérdida de resistencia muscular, masa muscular y agilidad física. 
  • Aumento de la grasa corporal a nivel central y superior del cuerpo.
  • Osteoporosis o huesos débiles y lumbalgia.
  • Riesgo cardiovascular.


Si se diagnostica precozmente, lo lógico es instaurar un tratamiento para revertir la situación o retardar su evolución. Pero todavía no hay resultados fiables sobre la terapia hormonal sustitutiva a largo plazo.

El tratamiento de la andropausia persigue eliminar o amortiguar los síntomas, pero fundamentalmente va dirigida a restaurar las funciones sexuales, ya que hay una clara asociación entre los niveles de testosterona plasmática y la calidad y frecuencia de la erección del pene.

No hay que olvidar, además, que en muchos casos al déficit de testosterona se une, por la edad, una arteriosclerosis que reduce el flujo sanguíneo en los cuerpos cavernosos del pene, lo que hace más problemática la vida sexual. Pero el tratamiento también persigue incrementar las ganas de vivir, mantener el vigor físico y la capacidad intelectual.
La terapia hormonal sustitutiva masculina no está muy extendida, al contrario de lo que ocurre entre las mujeres, que cada vez recurren más a esta clase de terapia.

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